sábado, 31 de enero de 2015

Ion Barbu


Sărbătorile poeziei


ION BARBU (1895-1962)

Junto a Bacovia y Blaga, es la tercera gran B de la poesía rumana. Se graduó en la Facultad de Ciencias de Bucarest y simultaneó casi siempre la poesía con las matemáticas, alcanzando gran renombre en ambas acti­vidades. Además de poesías dispersas en las revistas de su tiempo, publicó un solo volumen titulado Juego segundo, dividido en tres secciones dispuestas en orden inverso a las épocas en que fueron escritas: Isarlik, te­ma de ensueño oriental; Uvedenrode (palabra inventa­da por el poeta), voluntad de pura encantación verbal dirigida a la creación de un mundo imaginario, y la última parte, que no lleva título, sino un epígrafe de Mallarmé: "Ne fut-ce que pour donner l'idée''. Se trata de un universo hermético presentado a través de te­mas filosóficos.



ÍMPETU

No soy más que un eslabón de la gran duda.

Frágil, la unidad me es efímera, pero

un racimo de vidas de mi muerte emergen

y el verdadero nombre que llevé es Ondulación.


Por eso, encorvado bajo los tiempos, despliego un largo tejido,

desde la hierba débil hasta la pensativa frente,

y la rubia hilera de formas, subiendo de un sol hacia otro,
 en el inmenso mar de la vida difunde un pasado.



De la errante ola, de las eternas aguas,

me procuro el vestido de los que mueren,

y renovado y ágil ando —sutil estremecimiento—

por orgullosas aulas y húmedas cuevas...



Así, abriéndome en la tierra enormes puertas,

hacia ritmos no abarcados por la mente jamás,

llevo a la Alta Balanza mi carga, rica

de tantas existencias y de tantas muertes.



ARCA

En mi estremecida alma he construido un arca

—deforme fantasma de bíblico navegante—,

y rebaños llenos de pensamientos ingresan a bordo, 
pueblos todos sometidos al poderoso cielo.



¡Vendrá el tiempo de la ira! Una lluvia

de gotas rígidas extiende rejas de acero.

El arca surca la niebla angustiosa,

el arca se inclina y corre sin término...



Y la última cima montañosa se sumerge...

¿Hacia qué orilla, Señor, hacia qué Ararat

de la remota escarcha me lleva la profunda ola?

Sobre el agua ha descendido la oscura mortaja.



Oigo cómo se deshace un alma en otro sitio,

lejos, en la agria melopeya de la lluvia.

Es de noche en alta mar... Y el arca te espera, Jehová,

para que el mar del alma entrelace arcoiris.



CANOA

Las sonoras bandurrias y todas las canciones

dormitaron en el burgo de nuestra boda tardía,

y en el incesante declive, hasta tú renuncias

a permanecer en la agobiada cima. Quizá



él pueda quedarse más..., él, suntuosa azucena

de la forma que sube y se desata como

de la orilla el agua, donde embarca tu pensamiento,

dolorido, incierto y sojuzgado Lohengrin...



Tímido pensar, ¿no ves cómo la atormentada canoa

y el cisne que huye hacia bosques sagrados,

quieren que cumplas el mandamiento? Mas te faltan las fuerzas 
para abandonar la tierra marchitade la boda de entonces.



Apresúrate, y en leve pliegue de jacinto

ponte primero la armadura, y tú, antiguo orgullo,

yérguete hacia el reino olvidado, que está requiriendo

tu estatura hecha de plata luciente.



Y pasarás...Grandes bosques rumorosos de llantos, 
estremecidos por algún romántico idiota,

abovedarán sus hojas; un instante se oxidarán

casco y escudo en el juego de los viriles destellos.



Albas incomparables, crepúsculos de castillos 
quemados, se reflejarán bajo el metal puro,

y la verde noche pálida crecerá, y darán fruto

entre las aguas de la armadura semilleros de estrellas.                                                                                       

Sagrado prófugo, deja que el río te arrastre...   
Pero más allá de la angosta canoa, no mires,

pues el agua llevará y volverá a imprimir,

oscurecido, el rostro de tu muerto amor.








EL ÚLTIMO CENTAURO
...del Sol abrazado por una Nube...
En el último día se apresuró de un sitio a otro
atónito... Pero al anochecer desplegó de un golpe
sobre el verde crepúsculo, quebrando las baldosas
con el real vaso de pensamientos crecidos en la bestia.
           
Las alturas fundieron el insólito bloque...
Tarde, hacia blancos fríos, con la carne rociada,
salió como un caracol de vapor, mientras desarraigado                                              
se esclarecía dentro de la noche un corazón de fuego.

Verdugo permanente, la sombra —hoja y empuñadura— 
cayó sobre el brasa con sus pesados filos
y la luciente bola se deshizo en pedazos.

La tierra dormita. Ni un centauro yerra;
solamente el no apagado trote de la clara manada 
hace soñar en los yacimientos de sus veneros de oro.

ADEMÁN
El viejo bastón, al que han perforado y roído
las caries, el cuchillo, ya te lo entrego. Como yo,
vas a tentar por turno a los atrevidos destinos, 
subiendo también al cielo de hierro y de ciprés.

Te está esperando la pesadumbre del vacío pétreo. 
No dudes, atraviésala; cuando —diamantinos—
los bosques de hierro en las colinas surjan,
tira con confianza el bastón que ya no necesitas.

De los barrancos, de las rocas, de las piedras, en cuevas, 
golpeado por todo, el bastón hará retumbar
con estentórea voz el caos de granito.

Pero encima, bajo la luz que ya renace, 
dejando escapar la risa de tu pecho fortalecido,
cubre la retirada con carcajadas de victoria.

JUEGO SEGUNDO
De la hora deducida, lo profundo de esa apacible ola
penetra en el espejo como el tenue azul,
viviendo sobre el ahogo de las agrestes manadas,
en las agrupaciones del agua, segundo juego más puro.

¡Nadir latente! El poeta levanta el haz
de arpas esparcidas que pierde en inverso vuelo,
y canta una canción, oculto como el mismo mar 
cuyas medusas pasean bajo verdes campanas.



Ion Barbu - Casa memorială










TIMBRE

La gaita marchita en la llanura o la flauta en el camino, 
reflejan lentamente el dolor divisado, más alto...

Pero la piedra rezando, la arcilla deshaciéndose,

y la onda desposada bajo el cielo, ¿qué dirán y cómo?



Haría falta una larga canción, como

el rumor de la seda de los mares con sal,

o la alabanza del jardín de los ángeles cuando sale

de la costilla varonil de Eva un tronco de humo.


EL PAVO REAL

Se inclinaba, oriental y blando,

Para picotear el maíz en tu mano.

Azul vacilaba y caliente en sus faldas,

Tal los flecos de alcohol en el cuenco.



Por las ramas, tu loco con capucha,

De desiguales ojos, tremendamente triste giraba,

Y te torció la mano como ropa chorreante,

y quebró el cuello del pájaro que latía.
......................................................................
R. Darie Novăceanu - 2015

miércoles, 28 de enero de 2015



Sărbătorile poeziei


Cezar Baltag (1939-1997)

Licenciado en Letras por la Universidad de Bucarest. Trabaja como
redactor en la revista literaria Luceafarul, después en Romania literara.
Redactor jefe, luego director de Viata romaneasca, la más prestigiosa
publicación de literatura, donde favorece la presencia de los jóvenes.
Traduce y comenta a Mallarmé, cuya influencia es notable sobre todo
en la primera parte de su obra poética. Baltag es, decididamente, un
poeta de meditación filosófica y formación moderna, pero a su vez es
un creador interesado por el folklore rumano, del cual extrae temas y
motivos de gran belleza ética y estética.
Obra. Poesía: La comuna de oro; Sueño planetario; Reflexiones;
Mónada; Descanso en el grito; Ajedrez ciego; La madonna del mural;
Unicornio en el espejo.

La rueda

El circulo,
y al mismo tiempo la distancia
sin prisa,
pero tampoco muy lentamente.

Tan ciego,
tan bello,
ceñido por un brillo casi abrasante,
casi insoportable,

el Eje sabe
lo que la rueda
ni siquiera barrunta.

Silencio

¿Por qué anocheces
cada vez más solo
con el cráneo bajo el sol?

Nuestro padre ha cavado un pozo
para tu regreso

El candado sin llave
disuelve el umbral de la casa
como una esfinge
que se ha tragado la pirámide

Tu arcilla está mirando hacia un mundo
que nadie conoce.


Ulyses

Desde tantos amargos años
en la alta mar
y la tierra
ni siquiera se asoma.

Algunos dicen
que jamás se asomará,
nunca jamás.

Otros dicen
que la tierra ni siquiera existe.

Pero yo sé,
que mi cuerpo es de tierra.

El alfarero

Se me ha llenado la casa de arcilla amarilla
y el patio de cántaros blandos,
tengo el corazón de barro suave
y la boca de tierra húmeda.

Se han juntado tantas ánforas sin cocer
y tanta masa tierna para cántaros,
el corazón es un canope húmedo todavía
y el cuerpo una tinaja
lista para el horno,
la tumba es un útero de tierra
esperando el círculo de las llamas.

¡Cuánta arcilla, Dios mío, cuánta tierra,
cuánto barro!
y para todo esto
solamente una llama.

Reflexiones desde ahora

Aquí están mi sol,
mis amigos
y las fuentes.
Aquí el horizonte es al mismo tiempo
rueda,
cima,
corazón;
aquí, de los parientes de mi parentela
volaron los días, lentamente,
las palabras fueron dichas
y las esperanzas cayeron como hojas,
cayeron las lluvias
y resplandecieron los pecados.

Mi corazón entonces
era ya Mañana.
Mi cuerpo entonces
era ya Mañana,
mi sangre
calentaba un tiempo
no nacido
mi voz no despertaba nunca,
oscilaba dentro de la semillas
y las ramas inexistentes.

Aquí los fuegos encendidos,
surcadas las hogueras
y dichas las palabras,
se enterraron las fuentes,
los días y las noches
y ríos,
y en la sombra de los árboles pretéritos
los amores pasados
me han traído al mismo tiempo
el oído, la mirada,
la voz,
el color,
las palabras
y el crujido de mis pasos
en la hierba de este tiempo.

Mi mirada es algo que transcurre,
mi oído es algo que deviene,
mi sangre es el viaje más hermoso
hacia el corazón de la Mañana
donde voy a presentar mis palabras,
mis ojos,
mi sol
y los ríos
y le impondré como dueño de mi nombre,
de mi recuerdo
y de mis victorias.

Aquí, sobre estas cumbres,
donde seré más a lo lejos
rueda,
cima, corazón.
.......................................................................
De Antología de la poesía rumana contemporánea
Editura Elion - Bucarest 2002 
R. Darie Novăceanu - 2015